El gobierno galo presentó una ley para regenerar la vida política. Uno de sus ministros es investigado por nepotismo
París, Fran., 2 de junio de 2017.– El gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, presentó ayer una ambiciosa ley para regenerar la vida política mientras enfrenta su primera gran polémica, un caso de posible nepotismo que afecta a uno de sus ministros.
La divulgación de la “moralización de la vida pública”, el primer proyecto de ley de Macron, estuvo empañada por el caso que afecta a su ministro de Cohesión Territorial, Richard Ferrand.
A pesar de que en un principio había declinado hacerlo por no ver motivos, la Fiscalía de Brest (noroeste de Francia) anunció ayer una investigación preliminar contra Ferrand por sospechas de nepotismo en un asunto inmobiliario de 2011 en el que su pareja se podría haber beneficiado.
También se investiga un contrato a su hijo que trabajó varios meses como su asistente Parlamentario.
La fiscalía había considerado el 26 de mayo que estos hechos no constituían una infracción, pero tras un análisis complementario decidió pedir a la policía la apertura de una investigación preliminar.
Mientras el gobierno capeaba la polémica, el ministro de Justicia francés, François Bayrou, presentó un borrador de ley para atajar la corrupción en la política.
Entre los cambios más sustanciales, se incluye una reforma constitucional con la que se pondría fin al tribunal especial para juzgar a miembros de gobierno y se establecería una limitación de mandatos a tres consecutivos.
A través de leyes ordinarias u orgánicas –más sencillas de poner en marcha–, se luchará contra el conflicto de interés de los políticos para acabar con la atribución de empleos a familiares por parte de cargos públicos.
Otra medida fue la del “banco de la democracia”, cuya misión será financiar las campañas de los partidos políticos para que todos tengan igualdad de condiciones a la hora de lograr préstamos.
El ministro de Justicia, que declinó pronunciarse sobre la investigación de Ferrand, aclaró que no cree “en la virtud individual”, porque sabe que hay “debilidades” humanas en “todos los lados”.
“Estas medidas entrarán en vigor en cuanto sean promulgadas y votadas. Aunque, en el fondo, yo no soy Torquemada (el implacable inquisidor español del siglo XV). Es necesario tener reglas estrictas, pero no soy un extirpador” de las malas prácticas individuales, finalizó.
Esta reforma estará en las manos del Parlamento que salga de las legislativas del 11 y 18 de junio.