Autoridades y familiares de las víctimas reclaman el fin del grupo terrorista, una vez que éste se ha quedado sin apoyo, armas y acosado por las fuerzas de seguridad
Madrid, Esp., 8 de abril de 2017.- Los “mediadores” que deberán facilitar hoy la entrega de las armas de la banda terrorista ETA a las autoridades francesas ultimaban los detalles de una operación que se desarrolló en el mayor hermetismo, marcado por la posibilidad de que puedan practicarse detenciones..
Éstos intermediarios notificarán a la justicia francesa, en nombre de ETA, la localización de los escondites de la organización para que proceda a su desarme con la supervisión del Comité Internacional de Verificación, coordinado por Ram Manikanningam y constituido a finales del 2011, tras el cese definitivo de la violencia, así como por el gobierno vasco.
Los familiares de las víctimas de ETA, por su parte, exigieron la disolución incondicional e inmediata del grupo armado y reclamaron que éste pida perdón y colabore con la justicia en el esclarecimiento de los asesinatos pendientes.
Durante medio siglo fue sinónimo de terror en España, pero ETA está mermado y acorralado. Las fuerzas de seguridad españolas interpretan por eso su desarme como un paso obligado. ¿Qué queda del último grupo armado de Europa occidental?
Lo que le queda a ETA es muy poquito”, sostuvo ya en septiembre de 2015 el entonces ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz, tras la detención de la cúpula política del grupo formada por sus dos miembros más buscados, David Pla e Iratxe Sorzabal. “Prácticamente es el acta de defunción de ETA”, sentenció entonces Fernández Díaz.
Fue el golpe policial más duro desde octubre de 2011, cuando ETA, ya de por sí debilitada, anunció el cese “definitivo” de la violencia, pero no el único: en los últimos cinco años las fuerzas de seguridad de España y Francia detuvieron a más de 160 personas vinculadas al grupo y desmantelaron numerosos escondites con armas.
En ese contexto se explica su desarme, señalaron fuentes de la lucha antiterrorista a la agencia DPA. “ETA no tomó esta decisión como un acto voluntario, sino forzada por circunstancias como la acción policial o la negativa del Estado a negociar. Confiaban en sacar un beneficio político, pero no se les dio oportunidad”.
Según las mismas fuentes, el grupo consta aún de unos 80 miembros prófugos de la justicia, sobre todo en Francia. El más relevante es “Josu Ternera”, histórico dirigente del grupo terrorista condenado y fugado, que al parecer sigue tomando decisiones políticas del grupo.
Otros huyeron a América Latina. En México, por ejemplo, fue detenido el 23 de febrero pasado Ángel María Tellería Uriarte, otro veterano de ETA. En Venezuela se encuentra, entre otros, Iñaki de Juana Chaos, condenado por 25 asesinatos, en búsqueda y captura.
El descabezamiento del aparato residual de ETA y las sucesivas detenciones implican que el mayor activo humano del grupo se encuentra en las cárceles: los cálculos indican que hay alrededor de 350 presos en cárceles de España, Francia y otros países europeos detenidos por su vinculación con ETA.
El acercamiento de esos presos a cárceles del País Vasco es una de las reivindicaciones cruciales que intenta negociar ETA, aunque el gobierno español ha negado hasta ahora cualquier paso en ese sentido.
Más difícil de estimar es el arsenal que conserva el grupo y su estado. Las fuentes consultadas por DPA hablaron de entre 200 a 300 pistolas, revólveres y subfusiles, además de unas cuatro o cinco toneladas de explosivos. Gran parte de ese material, pero no todo, podría ser ya obsoleto debido al paso del tiempo.
La posibilidad de que vuelvan a usarse para atentar es prácticamente nula, según los expertos en lucha antiterrorista. “ETA no contempla una disidencia. Aunque eso no quita que las armas puedan ser encontradas por determinadas personas que las dirijan luego al mercado negro”.
La ubicación de ese arsenal escondido en guaridas distribuidas por el País Vasco francés, en el sur de Francia, es la información que ETA ha trasladado presuntamente a mediadores que hoy la facilitarán a las autoridades para cumplir el desarme en un acto convocado en las cercanías de Bayona, sur de Francia.
También el capital simbólico de ETA ha venido contrayéndose. Uno de los cambios más trascendentes desde que anunció el fin de la violencia en octubre de 2011 fue que la izquierda secesionista vasca -la llamada “izquierda abertzale”- se distanciará del grupo y llegará a las instituciones de la región del norte de España.
Figuras como Arnaldo Otegi, exportavoz de la ilegalizada Batasuna (brazo político de ETA) y actual portavoz de la formación “abertzale” Bildu, vienen presionando a ETA para que concrete su desarme.
Bildu y la totalidad de los partidos vascos, excluyendo al conservador Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, hicieron un llamado para que se concrete “en el más breve espacio posible de tiempo un único acto de desarme unilateral completo, definitivo y verificado” del grupo armado.
ETA dará hoy ese paso. Sin recursos humanos ni armamentísticos, acosada por las fuerzas de seguridad y abandonada por sus antiguos aliados, al grupo armado sólo le quedará ya un paso para pasar a ser historia: la disolución.