Acusó sin pruebas a Barack Obama, que ha negado categóricamente las alegaciones
Washington, 5 de mar. de 17.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha solicitado al Congreso que investigue las supuestas grabaciones de sus llamadas antes de las elecciones.
Trump acusó este sábado, sin pruebas, a su antecesor, Barack Obama, que ha negado categóricamente las alegaciones. El mandatario republicano afirmó en una serie de mensajes en Twitter que fue el demócrata quien ordenó pinchar sus conversaciones.
“El presidente Trump solicita que como parte de su investigación de las actividades rusas, los comités de inteligencia del Congreso apliquen su autoridad para determinar si los poderes de investigación del brazo ejecutivo fueron abusados en 2016”, afirma Sean Spicer, portavoz presidencial, en un comunicado.
Spicer hace referencia a “informaciones acerca de investigaciones con motivos políticos justo antes de las elecciones de 2016 y que son muy preocupantes”. Pero el comunicado, como las acusaciones de Trump, sigue sin aportar pruebas de cuáles son esas informaciones ni de la existencia de tal investigación ni de que fuese ordenada por Obama antes de abandonar la Casa Blanca.
Las sorprendentes acusaciones pronunciadas por Trump en la mañana del sábado hacían referencia a una supuesta orden judicial para grabar sus conversaciones telefónicas desde la Torre Trump, en Nueva York, antes de las elecciones. El presidente Obama ha negado que ni él ni ninguna persona de su Administración hubieran hecho tal petición durante sus ocho años de mandato.
Las órdenes judiciales para grabar las conversaciones de un ciudadano estadounidense sólo pueden ser aprobadas por un tribunal federal y requieren la aportación de pruebas por delitos relacionados con el espionaje o la traición.
El FBI, explica The New York Times, usa ese tipo de órdenes para ‘pinchar’ las conversaciones de representantes extranjeros en territorio estadounidense. Esa petición, además, solo la puede hacer el poder judicial, nunca el Ejecutivo.
Este sábado, varios legisladores denunciaron las acusaciones sin pruebas realizadas por el presidente, incluidos miembros de su propio partido. El senador republicano Ben Sasse, que representa al Estado de Nebraska, declaró en un comunicado que el presidente había realizado “acusaciones muy serias” y que los ciudadanos “se merecen tener más información”.
Sasse añadió que EE UU se encuentra en medio de una “corrosiva crisis de confianza en las instituciones”.
Tanto el FBI como las dos Cámaras de Congreso lideran investigaciones acerca de los posibles vínculos del equipo de campaña del presidente Trump con miembros del gobierno ruso. El escándalo que acecha al presidente ya le ha costado la dimisión a su asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, tras conocerse sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, así como la decisión del fiscal general de inhibirse de las investigaciones en curso. El fiscal Jeff Sessions, que fue asesor de campaña de Trump, también ocultó al Senado que se había reunido con el embajador antes de las elecciones.