Ambientalistas realizan reuniones secretas para evitar que se autorice la siembra de la soya transgénica en el municipio
Dzibalchén, Campeche, 28 de noviembre de 2016.- “Para nada se puede detener la modernidad de la actualidad, se trata de mejorar y no de retroceder como lo quieren hacer creer los ambientalistas y las organizaciones, quienes no buscan cómo detener el desarrollo de los pueblos, y existen gentes que se prestan para defender intereses ajenos”, dijo Jaime Pérez Koyoc.
Reveló que en su tierra ya aceptaron la siembra de la soya transgénica y sólo falta que otros pueblos realicen lo mismo y no hacer caso a un grupito, que es usado como marioneta.
“La verdad es que están tratando de confundir a los pueblos mayas; según ellos, existen demandas constitutivas de delitos contra quien o quienes resulten responsables por hacer caso omiso a artículos establecidos. Según se violenta los derechos al medio ambiente por su bioseguridad, pero todo es tarea de los ambientalistas, quienes usan a unos cuantos mayitas de Ich Ek y Bolonchén de Rejón para gritar, pero el caso es que ya el pueblo despertó y se da cuenta que son intereses de grupos”, afirmó.
“Es necesaria una pronta liberación comercial de variedades de semilla de soya genéticamente modificada para el siguiente ciclo agrícola primavera-verano 2017 en el municipio de Campeche, principalmente Hopelchén, contar con el permiso respectivo y que se siga estudiando que no hay molestias, tampoco daños, como lo están informando estos grupitos”, recalcó Pérez Koyoc.
Añadió que la mayoría de los pueblos están comercializando la soya y la están transportando a otros estados para su proceso.
“El maíz se está pagando a 3 mil 500 la tonelada, siempre y cuando esté limpio, cero impurezas, pues mientras tenga basura y humedad lo compran al precio que quieran y no es redituable. A la vez se siniestró, y todo lo que se produjo en este ciclo 2016 no alcanza para pagar las deudas con las financieras, mientras los soyeros estamos contentos con las ganancias generadas y la mayoría de Dzibalchén vendió en la colonia menonita La Trinidad. Por ello se apuesta a la soya transgénica para el siguiente ciclo”, comentó ante este medio.
“En la Casa de la Cultura de Hopelchén se están realizando reuniones secretas entre los grupitos opuestos a nuestros objetivos y no hemos visto una sola publicación.
“Sus reuniones son a puerta cerrada y están entrenando a otras gentes, porque las anteriores se revelaron; hoy gente nueva tienen en la Casa de la Cultura y culminó este domingo. ¿Qué ocultan o qué otra maroma quiere realizar la doña de Ich Ek?” cuestionó.
“Los comisarios, así como campesinos, se han dado cuenta de los interés de los ambientalistas. “Que se despojen de la venda de los ojos y que no se dejen engañar por las amenazas de ambientalistas, quienes según ya tienen denuncias internaciones.
“¿Qué tienen que ver los internacionales si nosotros nos moriríamos de hambre con nuestro maíz?, mientras los peones de los ambientalistas se hacen de dinero sólo con realizar ruedas de prensa y viajando. (Por Esto!)