La movilización cataliza el rechazo a la alta inflación y la crónica carestía de alimentos básicos
Caracas, 02 de septiembre de 2016.- La oposición de Venezuela logró sacar este jueves a decenas de miles de personas a las calles de Caracas para exigirle al Consejo Nacional Electoral (CNE) que agilice los trámites para celebrar un referéndum revocatorio contra el presidente, Nicolás Maduro. Ese era el pretexto principal para abarrotar tres importantes avenidas de la capital venezolana, pero las razones para protestar van mucho más allá de esa puntual demanda. La movilización catalizó el rechazo a la alta inflación y la crónica carestía de alimentos básicos que lastra al régimen bolivariano.
Si el 6 de diciembre, en las elecciones parlamentarias, los venezolanos respaldaron masivamente a la oposición en las urnas y le entregaron el control de la Asamblea Nacional, la afluencia a la manifestación confirmó esa mayoría y el desmoronamiento de lo que alguna vez fue el titán invencible de la autodenominada revolución bolivariana. El empeño institucional de impedir que prospere en el corto plazo una consulta sobre la continuidad de Maduro parece haberle dado fuerza a los manifestantes para superar los obstáculos colocados a la vera del camino y el miedo que intentaron infundir los voceros más conspicuos del bolivarianismo.
El régimen bloqueó de diversas formas la asistencia a la concentración colocando improvisados retenes militares en la entrada a Caracas, atravesando obstáculos en las vías expresas de la capital venezolana e interrumpiendo el servicio de metro. Pero fue en todo caso una victoria parcial a juzgar por las imágenes tomadas por las agencias de noticias y las fotos transmitidas a través de las redes sociales. La televisión privada, fuertemente amenazada por el Gobierno con la retirada de la concesión para operar, empezó transmitiendo su programación matutina habitual —programas de variedades, de autoayuda— pero intermitentemente informaba de la movilización.
Algunas personas que se dirigían a la capital lograron salvar los obstáculos en la carretera, pero otras, según denuncias de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición opositora que organizó la manifestación, fueron atracadas en los autobuses que los trasladaban en medio del atasco. La MUD también denunció saqueos a comercios en Aragua.
Los partidarios del Gobierno se concentraron en la avenida Bolívar de Caracas para apoyar al presidente Maduro. La televisora oficial, Venezolana de Televisión, mantenía tomas cerradas y no se animaba a mostrar las grandes panorámicas que caracterizaban las transmisiones en los tiempos de los mítines del fallecido Hugo Chávez. La profunda crisis económica parece haber hecho mella entre la clientela del chavismo, que no apoyó como en otras ocasiones las manifestaciones callejeras del Ejecutivo.
Ambas marchas culminaron a eso de las dos de la tarde hora local (las ocho de la noche en España). La dirigencia opositora leyó un comunicado en el que detalló las siguientes protestas. De entrada, convocaron un cacerolazo para las ocho de la tarde (madrugada del viernes en España). La oposición planea, además, presentarse el próximo miércoles 7 en todas las sedes del Consejo Nacional Electoral para seguir presionando y que anuncie la fecha de la segunda etapa del revocatorio. El 14 de septiembre, un día después del plazo máximo dado por el CNE para fijar el operativo de recolección del 20% de las firmas del censo, se movilizarán en todas las capitales del país. Y después de que se realice el operativo, fijado para la última semana de octubre, según han dicho las autoridades electorales, volverán a la calle para demandar “la inmediata realización de la consulta”.
El tiempo apremia. Si el referéndum es tras del 10 de enero de 2017 un vicepresidente chavista sustituirá a Maduro por el resto del mandato. Si se organiza antes y la oposición logra más votos que los obtenidos por el presidente actual en las elecciones del 14 de abril de 2013, que eligió al sucesor de Chávez, habrá que organizar otra elección presidencial.