Milperos de Chikindzonot aprovechan el inicio de las lluvias para la sembrar dos especies de maíz, el Sac Be y Chichén Itzá
Chikindzonot, Yucatán, a 10 de junio del 2016.-Florencio Kauil Chan es un hombre de 39 años que vive y mantiene a sus tres hijos con la siembra y cosecha de maíz en su natal Chikindzonot. Agricultor desde los 14 años por herencia de sus padres y sus abuelos, asegura que la situación en la milpa donde él y otros 10 hombres laboran cambió de manera significativa este año porque recibieron semillas de maíz mejoradas.
El campesino expresa que se siente muy orgulloso de su labor, a la que dedica mucho tiempo: cuando se acaba la producción de maíz, aprovecha para cultivar otras especies, como calabaza, frijoles y camote, entre otros. Menciona que lo más importante para él y sus compañeros, es trabajar y esforzarse para sostener a su familia y brindar un mejor futuro a sus hijos.
El milpero es padre de tres hijos de 16, 15 y 14 años, todos jóvenes estudiantes que él ha sacado adelante con el fruto de su trabajo en el campo.
«Generalmente (la cosecha) la usamos para el autoconsumo en nuestra casa, con los hijos y con la familia, pero el excedente que podamos generar, eso lo vamos a comercializar y bueno de ahí sacamos unos cuantos pesos extra”.
La milpa donde trabaja mide aproximadamente 50 mecates, sitio donde él y sus compañeros laboran desde temprana hora. Todos llegaron antes de las seis de la mañana, antes de que el sol les dificulte avanzar en la siembra.
En este ciclo, él y campesinos de otros 98 municipios yucatecos recibieron semillas en dos variedades: Sac Be y Chichén Itzá, las cuales contienen nutrientes y características especiales para una mejor alimentación. Además, rinden de 2 a 2.5 toneladas por hectárea, cuando lo común es obtener entre 600 ó 700 kilos en la misma superficie con la semilla tradicional.