Alfonso Cuarón y Emmanuel Lubezki podrían sumarse a una selecta lista de artistas nacionales que han recibido el Oscar.
LOS ÁNGELES, 02 de marzo de 2014.– Alfonso Cuarón y Emmanuel Chivo Lubezki pueden grabar su nombre en oro si triunfan en la ceremonia número 86 del Oscar, que los convertiría en leyendas vivientes de nuestra cinematografía. Su trayectoria se suma a la de otros destacados artistas nacionales que se han alzado con el máximo galardón de la industria de Hollywood, aquel que es capaz de cambiar vidas y convertir en mitos a sus poseedores.
Anthony Quinn, originario de Chihuahua, obtuvo en dos ocasiones el galardón. El primero de ellos en 1952 por su interpretación secundaria de Eufemio Zapata en la cinta ¡Viva Zapata!, protagonizada por Marlon Brando y dirigida por Elia Kazan.
Su segundo Oscar llegó nuevamente por rol secundario gracias a la cinta Lust of lie, basada en la vida y obra del pintor holandés Vincent Van Gogh, en la que el mexicano interpretó de manera magistral a Paul Gauguin.
Con dos Oscares en la bolsa, Quinn recibiría más adelante, en 1958 y 1965, dos postulaciones más, aunque en esas ocasiones como Mejor Actor Protagónico por las producciones Wild Is The Wind y Zorba, el griego, quizá uno de sus trabajos más elogiados.
La Dirección de Arte o Diseño de Producción y Cinefotografía —ambas herramientas vitales en la narrativa fílmica— son los apartados que más nominaciones al Oscar le ha brindado a México, siendo la primera de ellas la que más estatuillas (cuatro) le ha dado a los artistas nacionales.
El decorador Emile Kuri, nacido en Cuernavaca, Morelos, aunque con una carrera forjada cien por ciento en Estados Unidos, se alzó en dos ocasiones con el premio Oscar por su trabajo en las películas La heredera (1949) y 20 mil leguas de viaje submarino (1954), que coronaron un total de ocho nominaciones al galardón.
En 1996 la mexico-alemana Brigitte Broch continuó ese mágico sendero al recibir una nominación por Romeo + Julieta, la vanguardista obra de Baz Luhrmann, el director australiano que cinco años más tarde, en 2001, le permitió ganar su primer Oscar por la Dirección de Arte del musical Moulin Rouge! Al siguiente año, Felipe Fernández del Paso fue nominado por su trabajo en Frida, la biopic de la pintora protagonizada por Salma Hayek, aunque sin llevarse el galardón.
En 2006, Eugenio Caballero llenó nuevamente de gloria al cine nacional, al convertirse en el ganador absoluto en la terna de Dirección de Arte por su diseño de producción en El laberinto del fauno, la coproducción mexico-española que definió a su director Guillermo del Toro (nominado ese mismo año en las categorías de Mejor Guión Original y Película Extranjera) en un cineasta de culto.
Ese domingo 25 de febrero de 2007, otro mexicano, Guillermo Navarro, quien fotografió Cronos, la ópera prima de Del Toro en 1993, venció en el apartado de Mejor Fotografía por la misma película, y se convirtió en el primer cinefotógrafo nacional en recibir el Oscar.
Lubezki llevaba cinco nominaciones al Oscar y Alfonso Cuarón, tres, aunque esta es la primera en el rubro de Dirección, pues las había recibido por Mejor Guión Original por Y tu mamá también (2001), así como Guión Adaptado y Edición por Niños del hombre (2006).
En 1971, el corto mexicano Centinelas del silencio, dirigido por el húngaro Robert Amram, ganó el Oscar en dos categorías: Mejor Documental y Acción Viva, compartiéndolo con Manuel Arango. (Excélsior)