Más de 2 mil personas participaron en el tradicional viacrucis en el oriente de Mérida.
Mérida, Yucatán, 03 de marzo del 2015.- Antes de morir crucificado, Jesús cayó al suelo en tres ocasiones, cansado de cargar una cruz de madera de 88 kilos mientras su madre María lloraba desconsolada, y los soldados romanos se burlaban de él golpeándolo con sus látigos.
Los termómetros marcaron 35 grados centígrados durante el viacrucis viviente que se representó, como desde hace 22 años, en la colonia Pacabtún, al oriente de Mérida.
Más de 2 mil personas y fieles católicos, vecinos de esta zona de la ciudad, presenciaron la pasión de Cristo, los últimos minutos de vida del Mesías, el hijo de Dios, quienes caminaron junto con él kilómetro y medio, y rezaron a los pies de la cruz.
El joven Manuel Hernán Cano Osalde, de 19 años de edad, catequista de la iglesia Santuario del Divino Niño Jesús de la Parroquia Cristo Rey, fue quien esta ocasión representó a Jesucristo, y aseguró que tuvo que prepararse tanto física como espiritualmente para este papel.
“Me siento muy comprometido a cumplir con esta encomienda, proyectar el mensaje a la gente de que el señor dio su vida por nosotros, y que resucitó para darnos la salvación”, declaró, momentos antes de que le colocaran la corona de espinas en la primera estación del viacrucis.
Dijo que tan sólo es una representación que no se compara ni un poco con lo que Jesús “sufrió por nosotros”. Aseguró sentirse contento con la participación de la gente, que año con año se da cita a esta importante conmemoración católica.
El recorrido inició en el campo deportivo de Pacaptún, en donde decenas de vecinos con sus sombrillas en mano, se reunieron para orar por su salvador y ser testigos de su calvario.
Cerca de 50 jóvenes de la colonia participaron en este tradicional viacrucis, interpretando diversos papeles, como Gabriela Ramírez, quien representó a María, madre de Jesús. “Es a través de este viacrucis como podemos acercar a Dios a la gente”, declaró el sacerdote Álvaro Carrillo Lugo, al dirigirse a los muchachos.
Cano Osalde señaló que se preparó para este evento mediante la oración, pues sostuvo que lo primordial es fortalecerse espiritualmente para cumplir con esta encomienda. Además, durante tres meses acudió al gimnasio y salía a correr para poder acostumbrarse al peso de la cruz de 88 kilos.
Fue la primera vez que interpretó a Jesús, pues en años pasados, en época de semana santa, se iba de misiones a diferentes comunidades indígenas de Yucatán, como Sierra Papacal o Sucilá.
Señaló que decidió participar en el viacrucis en agradecimiento por todas las bendiciones que Dios le ha dado en su vida, y para pedir por su familia para que sigan juntos muchos años más, “porque mis padres, Manuel y Rosa, siempre me han apoyado en todo en mi vida”.
Desde hace un año, Cano Osalde imparte catecismo a jóvenes de entre 12 y 14 años de edad, en el grupo apostólico Senda, de la parroquia Cristo Rey, y según indicó, este año buscará ingresar a la licenciatura en Administración en la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).(Herbeth Escalante; fotos de Lorenzo Hernández)