Expertos electorales afirman que la corrupción y mala labor de los políticos permiten que surjan aspirantes que carecen de conocimientos para elevar las riendas de la población.
MÉXICO, 03 de febrero de 2015.– Con la consigna de sustituir a los políticos “profesionales” que ignoran a los ciudadanos, decenas de personajes de la farándula y deportistas —con o sin partido— se han volcado en búsqueda de candidaturas, lo que ha dividido opiniones entre especialistas en política.
Con el argumento de buscar candidatos “ciudadanos”, el nuevopartido Encuentro Social (PES) reclutó al actor Alejandro Camacho y buscó a Carlos Villagrán “Kiko” de la serie de “El Chavo del 8” para postularlo en Querétaro, aunque éste aclaró que tiene interés en la política.
Este partido también lanzó al conductor y médico naturista Abel Cruz a una diputación federal.
Para unos, entre estas figuras y los que nos gobiernan no hay mucha diferencia, pero otros advierten que podría ser riesgoso.
Silvia Gómez-Tagle, investigadora del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México (Colmex), dice que “de ganar, no se notará la diferencia con gente como la que ya tenemos; tenemos unos diputados que… ¡Dios nos proteja! No son tan buenos como para que digamos, los vamos a extrañar”.
Añade que este fenómeno no es nuevo. “La frivolización más espectacular la inició Vicente Fox —presidente del País— y de ahí todo se puede esperar, cualquiera puede aspirar, pero hay instituciones, hay reglas, a ver cómo funcionan, démosle la oportunidad”, dijo.
Para las catedráticas y también expertas electorales Citlali Villafranco, de la UACM, y Rosa María Mirón Lince, de la UAM, la postulación de personajes de la farándula actoral o deportiva puede ser riesgosa para los electores e incluso para los partidos que registran.
De resultar electo, un personaje así “no responde a la institución, a la ideología ni al programa de un partido… y si resulta electo nos sabemos qué va a hacer”, considera Villafranco.
La especialista agrega que “legislar o administrar son tareas complejas y el partido no tendría ni influencia ni control, o podría terminar por deslindarse. Y si ese personaje se porta mal o hace las cosas muy mal o se corrompe, el que va a pagar el costo será el partido y también los ciudadanos”.
Eso “puede convertirse en un boomerang para los partidos”, indica Mirón Lince, pues mandan a personas sin experiencia, lo que es “una irresponsabilidad porque no tienen cuadros y pretenden contender disfrazados detrás de personajes públicos”.
Ambas consideran, por tanto, que los ciudadanos deben analizar su voto.
Podrían alentar participación
Para Francisco Javier Aparicio, analista del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), hay tres razones por las que proliferan este tipo de abanderados en varios estados del país.
La primera es que por su popularidad son buscados por partidos que quieren sobrevivir en el sistema político, pero también se debe a que está abierta hoy la nueva vía de candidaturas independientes y hay personajes que por sí mismos usan esa puerta.
El tercer motivo es que “puede haber un partido político que, sabiéndose desprestigiado, busca candidatos externos para mejorar su imagen”.
Para el catedrático, sin embargo, todos tienen derecho a hacer política. Estima que será un “experimento social” conocer cómo responderán los votantes, pues en otros países “se vuelven animadores de la contienda electoral (…) y en ese sentido son saludables porque mientras más gente vote, mejor”.
Claro que en el caso mexicano “los candidatos de partidos grandes dicen que no se vale, que la política es algo profesional y no un juego. Lo cierto es que los políticos profesionales no han dado buenos resultados y eso le da legitimidad a un deportista o a un payaso para buscar una candidatura”.
Estrategia de sobrevivencia
Por el contrario, otros investigadores y expertos en materia electoral plantean que en su mayoría este tipo de aspirantes son sólo un “disfraz” de los partidos.
Así, exponen sus reservas el investigador del Centro de Estudios Sociológicos del Colmex, José Luis Reyna Pérez, las expertas en materia electoral e Investigadoras de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), María Eugenia Valdés Vega y Rosa María Lince, así como Citlali Villafranco, de la Universidad de la Ciudad de México.
Para Reyna Pérez, si, como se perfila, el abstencionismo aumenta, sobrevivirán “partidos grandes”, con voto duro, estructura electoral y financiamiento; “en cambio los partidos chicos o nuevos estarán en riesgo de extinción y eso explica por qué buscan famosos que les garanticen votación”.
Eso explicaría, por ejemplo, concuerda Valdés Vega, la postulación del futbolista por un partido local con riesgo de pérdida de registro en Morelos.
Para las catedráticas Villafranco y Mirón Lince, la postulación de personajes de la farándula actoral o deportiva puede ser riesgosa para los electores e incluso para los partidos que registran.
Ivonne Acuña Murillo, académica del departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Iberoamericana, considera que los candidatos que poseen una imagen mediatizada —como los aspirantes surgidos del deporte o la farándula—, presentan más posibilidades de ocupar los puestos de elección popular, ya que se dedican a actividades que los pone en contacto con la gente.
“Algunos partidos tratande asegurar el triunfo, por lo tanto buscan candidatos ya no tanto por su experiencia política o su habilidad, sino por el reconocimiento que la gente pueda tener respecto a ellos”. El perfil mediático no asegura el triunfo o que la ciudadanía les tenga confianza
Además, la proliferación de candidaturas independientes, dice, se explica debido la crisis que viven los partidos políticos, pues existe hartazgo y desencanto.
Esa decepción se basa justo en el mal tino para elegir candidatos, pues aseguró que deberían existir procesos más rigurosos para escogerlos. (El Universal)