Debía desprenderse en diciembre del total de 1.300 toneladas de tóxicos. Pero sólo entregó el cinco por ciento. Lo explica por las complicaciones de la guerra. EE.UU. amenaza con acciones militares.
Damasco, 01 de febrero de 2014.- En un giro sorpresivo e imprevisible, el régimen sirio de Bashar Al Assad complicó el acuerdo de desarme químico coordinado con las potencias mundiales y frenó la entrega de su arsenal. Estados Unidos se mostró “preocupado” y advirtió que la opción militar aún “sigue sobre la mesa” si Damasco no cumple con el pacto.
De acuerdo a lo establecido en los acuerdos de Ginebra que patrocinó Rusia, el mayor aliado de Siria, el país árabe tenía plazo hasta el 31 de diciembre para trasladar los productos más tóxicos hasta el puerto de Latakia. Sin embargo, “ sólo el 4% de las sustancias nocivas han salido del país ”, denunció el representante estadounidense en la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), Robert Mikulak. “Las gestiones han quedado aletargadas y estancadas. El gobierno sirio se niega a comprometerse con una fecha concreta para su remoción”, agregó.
El argumento de Damasco es que es una situación particularmente difícil ya que debe avanzar en el desarme químico en medio de una guerra que lleva casi 3 años y que se expandió a todo el país. Inclusive dijo que grupos rebeldes atacan los convoy con las armas químicas, complicando su traslado.
Dentro del plan acordado, Siria tiene el compromiso de trasladar el total de 1.300 toneladas de armas químicas hasta Latakia. Allí el material se transfiere a buques neutrales que lo llevan al puerto italiano de Gioia Tauro, donde a su vez es recogido por el navío estadounidense Cape Ray. Este barco está equipado con un avanzado sistema de hidrólisis para destruir los productos en alta mar.
Hasta el momento sólo dos pequeños cargamentos de gas sarín y gas mostaza, han salido de Siria. Uno, en un carguero danés. Y el otro, en uno noruego, escoltados ambos por barcos de guerra de Dinamarca y Noruega, con apoyo de navíos rusos y chinos.
La gran mayoría del arsenal químico, calculado en 95%, sigue en suelo sirio y en manos de Assad.
El acuerdo para el desarme químico de Siria se firmó en septiembre del año pasado, tras la amenaza de EE.UU. de adoptar acciones militares contra el país árabe. Este pacto fue posible por la intervención directa de Rusia, que buscó flexibilizar la crisis desatada a nivel internacional por las continuas matanzas cometidas por las tropas de Assad. También se cree que influyó Irán, socio privilegiado de Siria. La demora en la entrega de las armas aparece así como una mal gesto también hacia esos protectores. Moscú lo último que desea es el aceleramiento de ese conflicto en las puertas de los juegos olímpicos de invierno que organiza, como una gran apuesta política, para este mes.
Esta complicación se da en un momento particular de la guerra civil siria, donde el régimen adoptó una posición mucho más sanguinaria, destruyendo poblaciones enteras para extirpar células de combatientes rebeldes. Hasta el momento se registran más de 130.000 muertos, la mayoría civiles, y millones de desplazados.
“Siria debe dar de inmediato los pasos necesarios para cumplir con sus obligaciones”, exigió la vocera de la cancillería, Jen Psaki. La comunidad internacional “sabe” que el régimen sirio “tiene la capacidad de hacerlo dado que ya lo ha hecho en el pasado”. En el mismo sentido se pronunció el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, quien exigió que “Siria se mueva rápidamente para satisfacer las obligaciones”. “Quiero recordar a Bashar Al Assad que si no son respetados los términos del acuerdo, las violaciones serán remitidas al Consejo de Seguridad ”, advirtió.
La propia OPAQ, a través de su director general Ahmet Uzumcu, se plegó al pedido señalando que Damasco debe “acelerar el ritmo de este proceso”. (Agencias/Clarín)