El candidato de Morena a la alcaldía recorrió las calles principales
Kanasín, Yucatán, 30 de abril de 2021. – ¡Que viva Morena, que viva Moreno, es la única esperanza de Kanasín!, gritó Sara María Cervantes Arias.
Carlos Moreno Magaña también estaba contento con la muestra de cariño de la señora de 72 años, pero cambió de semblante cuando supo que hace poco, ella fue despedida de la secretaría estatal de Educación, luego de trabajar 10 años como intendente. Una víctima más de la pandemia y de las decisiones de algunos funcionarios insensibles.
Los ojos de Sara María se nublaron al recordar que no la liquidaron y que ahora tiene que vender bolis, plantas y panuchos para poder sobrevivir en medio de esta lacerante situación económica. El candidato de Morena a la alcaldía de Kanasín escuchó atento la historia de Sara.
“Ya estoy grande, nadie me va a dar empleo. ¿Qué voy a hacer?”, preguntó.
La tristeza se mezcló con la alegría de la gente que en la calle apoyaba a Carlos durante la caminata que emprendió sobre la 28, una de las principales de este municipio.
“Llegando a la presidencia voy a buscar las condiciones para generar mil empleos en Kanasín, distribuidos equitativamente en las 20 secciones que hay. El empleo es prioritario y es un asunto en el que todos debemos de participar. Junto con el empleo también está la salud como algo prioritario para mi gobierno”, aseguró el candidato.
A pesar de la tristeza Sara María sonrió. Se puso la camiseta de Morena. La gente estalló en aplausos. Se tomó la foto con Carlos. Fue cuando gritó: “¡Que Viva Morena, que Viva Moreno…!”.
Más adelante, Carlos entró a un tianguis que hace tres meses fue instalado en un antiguo terreno. Ahí las señoras, en su mayoría, vendían ropa usada, licuadoras viejas, accesorios usados de telefonía, planchas, herramientas de trabajo, zapatos, bisutería y hasta tornillos.
“Cuando la gente quiere trabajar, no le importa lo que tiene que vender”, comentó el candidato mientras caminaba y saludaba a todas las personas. En ese lugar conoció a María Inés Ucán Caamal, de 68 años, que vende ropa usada, la que ella recolecta con sus vecinos o recibe de donación. Con eso se gana unos centavitos.
“Aquí busco los centavos. Mi esposo está tirado en la hamaca, tiene diabetes. A veces logro vender 50 pesos y eso no alcanza para vivir. La vida…la vida es difícil”, dijo.
Carlos Moreno le ofreció su apoyo. Primero vamos a ganar y a gobernar con la gente, vamos a trabajar para que ustedes tengan mejores oportunidades de empleo, subrayó.
Selma Uicab Chan fue una de las primeras mujeres con que Carlos Moreno platicó al iniciar la caminata. Ella es empleada doméstica, quién a sus 54 años, aún tiene fuerzas para limpiar casas. Antes de la pandemia ganaba hasta 250 pesos por cada casa que arreglaba. Pero ahora, la situación cambió demasiado. “Con la pandemia ya nadie quiere que limpie su casa, tienen miedo. Pero las cosas ya empiezan a mejorar”. La mujer tiene cuatro hijos y ocho nietos”.
Cuando Selma platicó con el candidato y le pidió que por favor mande a limpiar el terreno baldío que está frente a su casa y que repare las luminarias de la calle. “Yo confío en él, sé que va a ganar. Mi voto es por Carlos, por Morena”, dijo. La señora con gusto se puso la camiseta de morena. Fue un momento de alegría, de una alegría que empezó a contagiarse en las demás personas, en el candidato, en la gente que apoya su proyecto de transformación de Kanasín.
Luego el candidato tocó la puerta de la casa de José Fernando Pech Dzib, quien tiene un taller de reparación de electrodomésticos, que apenas gana para sacar adelante a su familia de seis personas, entre ellos seis niños. Carlos Moreno lo saludó, lo saludó con cariño, reconoció el esfuerzo que hace para sacar adelante a su familia, a los niños.
“Hay que trabajar duro para que Kanasín salga adelante, para que haya una verdadera transformación, para que los ciudadanos sean los que manden y decidan lo que hay que hacer por el bien del pueblo”, dijo.
La caminata siguió, como todos los días, bajo los inclementes rayos del sol característicos del mes de abril, uno de los más calurosos de los últimos años en Yucatán.