Giorgio Napolitano declara como testigo en el juicio para determinar si el Estado pactó con la mafia siciliana, la Cosa Nostra, en los años noventa.
ROMA, 28 de octubre de 2014.- El presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, fue interrogado hoy en el palacio del Quirinale, sede de la Jefatura de Estado, como testigo en el juicio para determinar si el Estado emprendió una negociación con la mafia siciliana (la Cosa Nostra) en la pasada década de los noventa.
Varios abogados presentes en la declaración a puerta cerrada confirmaron al término del interrogatorio que Napolitano no rehusó ninguna pregunta.
En esas preguntas al parecer no se mencionó la palabra «negociación» respecto a esa presunta relación entre el Estado y la mafia, según medios italianos.
El presidente también respondió a las preguntas de la defensa del ex jefe mafioso Salvatore ‘Totó’ Riina.
La declaración del presidente de la República, en el Salón del Bronzino del palacio del Quirinal, fue presenciada por cerca de 40 personas, entre ellas el juez Alfredo Motalto, los ochos miembros del jurado popular y varios abogados.
El Tribunal de Palermo (Sicilia) admitió la petición de la fiscalía de llamar a declarar a Napolitano como testigo después de que salieran a la luz algunas conversaciones que mantuvo con uno de los imputados, el ex ministro de Interior entre 1992 y 1994, Nicola Mancino, y con Loris D’Ambrosio, el fallecido asesor jurídico del Quirinal.
La magistratura intervino los teléfonos y grabó las conversaciones de Mancino con Napolitano y Loris D’Ambrosio, aunque estas después fueron destruidas al considerarlas ilegales pues el presidente de la República está amparado por la inmunidad.
Pero aún queda como prueba en este proceso una carta, sobre la que hoy fue preguntado Napolitano, que D’Ambrosio le escribió poco antes de morir de un infarto en julio de 2012 y en la que, entre otras cosas, decía estar bastante preocupado «por haber sido considerado solo un ingenuo y útil escribano para servir de escudo para pactos de los que no se podía hablar».
En el proceso que se está celebrando en Palermo se sientan en el banquillo miembros del Gobierno y de las fuerzas del orden junto con los jefes mafiosos de aquellos años.