Científicos de la Universidad de Lancaster afirman que el virus llegará la próxima semana a Francia y a Reino Unido; amenaza a Alemania y a Austria.
BERLÍN, 11 de octubre.— Cuando Jean-Marie Le Pen, el fundador del partido Frente Nacional francés, hacía campaña en su país para obtener un nuevo escaño en el Parlamento Europeo, tuvo una visión que hizo reír a sus seguidores, consternó al resto de sus compatriotas, causó irritación en Bruselas, pero que le ayudó a reelegirse. En un mitin realizado en Marsella, el 20 de mayo pasado, el polémico político galo pronunció un furioso discurso en el que se refirió a los problemas de la inmigración, sobre todo la proveniente de África.
«Hay una explosión demográfica en el mundo y existe el riesgo de invasión. El reemplazo de la población está en camino”, dijo el político de 86 años al esbozar un escenario casi apocalíptico para su país y el resto del continente a causa de la inmigración. “En cualquier caso, el ‘señor ébola’ puede solucionar el problema en tres meses”, afirmó. La visión de Le Pen, cuyas declaraciones fueron tachadas como “inaceptables” por el gobierno de su país, cobraron una nueva realidad en las últimas semanas a causa de un fenómeno que el político no podía prever.
La visión macabra y de mal gusto de Le Pen, ironía del destino puede hacerse realidad en su propio país a causa de un problema que las autoridades francesas y del resto del continente ya han detectado, pero que aún no saben cómo enfrentar. Después de estudiar patrones de propagación del ébola y datos del tráfico aéreo en los principales aeropuertos del continente, un grupo de científicos de la Universidad de Lancaster (Reino Unido) se atrevieron a predecir que existe 75 por ciento de posibilidades de que el virus llegue, a más tardar el próximo 24 de octubre, a Francia y 50 por ciento de que llegue a Reino Unido en esa misma fecha.
«Realmente es una lotería”, dijo Derek Gatherer, uno de los científicos de la Universidad de Lancaster, cuando dio a conocer el estudio, al recordar que Francia puede convertirse en uno de los países más afectados, ya que las naciones donde el virus está más activo son Guinea, Sierra Leona y Liberia, donde hay gran tradición francófona y existe una fluida ruta de transporte aéreo. “Si esto continúa aumentando en África occidental y efectivamente empeora, como algunas personas han previsto, sólo es cuestión de tiempo de que uno de estos casos termine en un avión hacia Europa”, añadió.
Los temores de los científicos de la Universidad de Lancaster también son compartidos por la directora en Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Zsuzsanna Jakab, quien admitió que era “bastante inevitable” que haya más casos de contagio en el Viejo Continente. “Lo más probable es que se registren casos importados de ébola como ha ocurrido en España. Es bastante inevitable que incidentes así sucedan en el futuro por el extenso tráfico de Europa a los países afectados y en sentido contrario”, aseguró.
¿El virus del ébola, después de haber matado a más de cuatro mil personas en África, está camino a invadir Europa? La amenaza tiene en estado de alerta a los países que han enviado personal médico y militar para combatir el virus y, aunque la directora de la OMS en Europa advirtió que el riesgo es aún bajo y que el continente está preparado para responder al virus, el fantasma del ébola comienza a inquietar a la población y a las autoridades.
El gobierno alemán, por ejemplo, en un intento por llevar la calma al país dio a conocer un comunicado fechado el 7 de octubre donde destaca, citando un informe del Instituto Bernard Noch, especializado en medicina tropical, que no existe un peligro de contagio para la población. “El riesgo de que viajeros traigan consigo la enfermedad a Europa es mínimo, pero no se puede excluir”, añade la nota oficial. “Alemania está muy bien preparada para hacer frente a una propagación del ébola en el país.”
Para hacer frente al peligro, las autoridades bávaras decidieron crear una Taskforce en el aeropuerto de Múnich, integrada por cinco médicos. La idea es desviar a Múnich todos los vuelos en los cuales se sospeche que haya pasajeros infectados con el virus. Pero las autoridades alemanas, al igual que en otros países como Francia o Reino Unido, aún no han decidido adoptar medidas más drásticas, como cancelar todos los vuelos que conecten a Europa con los países donde el virus se ha expandido.
Pero la amenaza convenció a las autoridades de la Unión Europea a tomar medidas destinadas a prevenir una penetración del virus en territorio europeo. El miércoles pasado, el llamado Comité de Seguridad Sanitaria de la UE sostuvo una reunión en Bruselas consagrada a estudiar el caso español. El encuentro concluyó con la decisión de reforzar la información a los viajeros y a los profesionales del sector salud para asegurar que todos estén en condiciones de identificar de la manera más rápida posible casos de ébola en vista del número creciente de personas infectadas con el virus que están siendo repatriadas y también a causa de la llegada a Europa de personas que están en periodo de incubación del virus.
También es posible que la Comisión apruebe medidas destinadas a reforzar los controles aeroportuarios de los pasajeros provenientes de los países afectados por el virus. La decisión puede ser anunciada la próxima semana en Bruselas, pero la ministra de Sanidad de Francia, Marisol Touraine, apostó por reforzar el control en los aeropuertos de los países afectados por el virus. “Estamos trabajando actualmente con las autoridades de los países afectados para ver en qué condiciones podríamos reforzar los controles en esos aeropuertos”, dijo la ministra.
En Viena, en cambio, la amenaza del ébola está provocando un problema diferente, el miedo hacia la población negra que vive en la capital austriaca. Según denunció la Cruz Roja de la ciudad, cada vez que un niño negro tose en la escuela es enviado de inmediato a su casa y en los famosos cafés los ciudadanos de piel negra son aislados por los otros clientes. “Los africanos negros están siendo estigmatizados en forma innecesaria, señaló un portavoz de la Cruz Roja, citado por el periódico Die Presse, al mencionar una nueva enfermedad que puede expandirse más rápido que el ébola en Europa: el racismo contra los negros.