Aún sin resultados en las investigaciones eclesiásticas sobre el caso del sacerdote Luis García Dávalos, pero tampoco se ha presentado alguna denuncia civil.
Mérida, Yucatán, 08 d octubre del 2014.- El Padre Jorge Martínez Ruz, de la pastoral de comunicación de la Arquidiócesis de Yucatán, señaló que los Tribunales Eclesiásticos aún no tienen los resultados de las investigaciones sobre las supuestas conductas sexuales del sacerdote Luis Arturo García Dávalos, pero reconoció que el escándalo mediático “daña la imagen de la iglesia y la confianza de los feligreses a los sacerdotes”.
Sin embargo, recalcó que el joven que acusó públicamente a dicho sacerdote – de nombre Dennis Vega Suárez, de 20 años de edad- nunca presentó algún tipo de denuncia civil ante las autoridades competentes, pero que de todos modos las investigaciones del Tribunal Eclesiástico local continúan.
“No podemos afirmar ni negar lo que se ha mencionado, hay que esperar que avance la investigación para no hacer especulaciones; (ese joven) no ha dado más información al respecto, por lo que no hay datos suficientes para hacer un juicio, hay que seguir con la investigación, pues la fama del sacerdote y de la gente que lo rodea está en juego, son acusaciones muy delicadas”, declaró para Desde el Balcón.
Dijo que en primera instancia se intenta averiguar si son ciertas las tendencias y preferencias sexuales del sacerdote García Dávalos, pues de confirmarse esas acusaciones, serían contrarias a la ideología de la iglesia católica.
Pero señaló que hasta el momento no se trata de una cuestión de acoso o abuso sexual, pues ni siquiera ha existido alguna denuncia civil o penal en contra del religioso.
Martínez Ruz confirmó que Vega Suárez pidió dinero a la iglesia para no hacer público este escándalo, pero que las autoridades católicas se negaron.
“Se había solicitado una cantidad de dinero a la iglesia, pero fuera de este suceso no hemos sido extorsionados, y cabe aclarar que en ningún momento la iglesia ha ofrecido dinero para acallar la voz de la persona que decidió hacer pública la acusación en contra del religioso”, precisó.
Por el contrario, dijo, a nosotros nos interesa saber la verdad, el Papa Francisco ha exhortado a todos los obispos y sacerdotes que se denuncie y se procese como debe de ser este tipo de cosas.
El Padre Martínez Ruz confesó que este escándalo daña mucho la imagen de la iglesia católica de Yucatán, y sobre todo la confianza de los feligreses a los sacerdotes en general.
“Es algo muy penoso, invito a ser objetivos, los sacerdotes somos seres humanos que tenemos errores y virtudes, y si se cometió esta irregularidad hay que saber pagar el error y aceptar nuestras propias responsabilidad, y en este caso en específico hay que esperar los resultados de las investigaciones antes de emitir un juicio”, añadió.
Con respecto al sacerdote Luis Arturo García Dávalos, quien era párroco de la iglesia de Francisco de Montejo, y perteneciente a la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo, se mantiene aislado fuera de la ciudad mientras el Tribunal Eclesiástico sigue con las averiguaciones.
Recordó que se le retiró su licencia para no ejercer el sacerdocio, y al parecer aún no ha dado declaraciones ante las autoridades eclesiásticas sobre este caso.
Explicó que la investigación tardará el tiempo que sea necesario para obtener la verdad, y aclaró que no buscarán “apresurar las cosas”, por eso pidió paciencia para ver la realidad de manera objetiva.
Si se comprueban las conductas o tendencias que se le acusan al sacerdote, podría ser suspendido total o parcialmente, y si se encuentra que cometió un delito o ilícito también se le sometería a un tribunal civil.
El entrevistado recordó las palabras que hace algunos meses expuso el Papa Francisco, de que no habrá tolerancia ante este tipo de casos, y tendrán que ser sometidos a los procesos correspondientes, pero al mismo tiempo hay que mantener la fe “porque los errores humanos no pueden anteponerse a los designios de dios”.
Cabe recordar que este caso desató un escándalo mediático cuando Vega Suárez declaró que fue contactado por el sacerdote García Dávalos mediante una aplicación para celulares que consiste en un chat para homosexuales, y quien posteriormente le confesó que tenía una regla de oro: “Me gustan los niños, la pornografía y el sadomasoquismo”. (Herbeth Escalante)