Los dueños se han desanimado a seguir operando, debido a las multas y verificaciones de la Profeco.
Mérida, Yucatán, 02 de septiembre de 2014.- Tras el programa de verificaciones que ha realizado la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en este último año, en Yucatán han cerrado sus puertas cerca de 200 casas de empeño que operaban de manera irregular.
El delegado de esta instancia, José Antonio Nevarez Cervera, informó que tan sólo en este 2014, de las 27 verificaciones realizadas a estos locales comerciales, suspendieron a 25, debido a las malas prácticas que ejercían en contra de los consumidores.
“En un año de trabajo hemos logrado disminuir el “padrón” de estas casas de empeños irregulares, pues de 542 que habían en el 2013, tenemos conocimiento que quizás queden 350”, señaló.
Este porcentaje de casas empeños que cerraron sus puertas, indicó, se debe a que muchos de los dueños de estos comercios “se han desanimado” debido a las visitas de verificación, o porque se les ha impuesto importantes multas.
Entre las irregularidades detectadas en los lugares suspendidos por la Profeco, destacan que no exponían las políticas de comercialización de las prendas, o no entregaba a sus clientes boletos de empeño o refrendo, entre otros incumplimientos.
“La mayoría no cumplen ni con la ley federal del consumidor, ni con la norma oficial 279, que es la que rige lo referente al contrato que debe tener las casas de empeño con los clientes”, agregó.
A la par de que los comerciantes de estos establecimientos se han desanimado a seguir operando, Nevarez Cervera exhortó a la ciudadanía a que denuncien las irregularidades que detecten en esos lugares, “ya que nuestro programa es permanente, durante todo el año seguiremos pendientes con las visitas y verificaciones”.
La suspensión comercial de estas casas de empeño por parte de la Profeco, han ocurrido en Mérida, Kanasín, Umán, Samahil, Ticul, Tekax, Tizimín y Motul, ciudades en donde recibieron varias quejas de sus habitantes.
El delegado recordó que estas casas suelen cobrar hasta el 257 por ciento anual de interés por los objetos empeñados, y sólo ofrecen el 40 por ciento del valor de la prenda, “lo que significa un verdadero abuso en contra de los consumidores”. (Herbeth Escalante)