Exige una investigación independiente; también afirma que el Estado de Derecho ha desaparecido en el este del país y acusó a ciudadanos rusos de liderar a separatistas.
GINEBRA, 28 de julio.- El derribo del avión de pasajeros en el este de Ucrania, con sus 298 ocupantes muertos, puede considerarse un crimen de guerra, afirmó hoy la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay.
El derribo del avión de Malaysian Airlines el 17 de julio fue una violación del derecho internacional y, dadas las circunstancias, «puede ser un crimen de guerra», según Pillay.
«Es imperativa una investigación rápida, completa, efectiva e independiente sobre este hecho», recalcó, coincidiendo con la divulgación del último informe de la misión de observadores enviada por su oficina a Ucrania.
En la presentación de este documento a la prensa, el jefe de la Sección para las Américas, Europa y Asia Central del alto comisionado, Gianni Magazzeni, dijo que se necesita establecer los hechos y circunstancias de lo sucedido en relación con el avión.
De este modo se podrán «definir las siguiente etapas» y garantizar que «los responsables sean juzgados», agregó.
Sin embargo, recalcó que el organismo que la comisión de la ONU que dirige Pillay no está directamente involucrada con las investigaciones.
Además, el Estado de Derecho ha desaparecido en la región oriental de Ucrania, donde operan grupos separatistas prorrusos cada vez mejor organizados y armados, reveló la ONU.
«El Estado de Derecho ya no existe y ha sido reemplazado por la ley de la violencia», señala el informe.
En el documento se acusa a esos grupos -liderados ahora por un comando centralizado dirigido por ciudadanos rusos- de imponer a la población las consecuencias de una «ruptura total de la ley, del orden y el reino del terror».
VIOLENCIA IMPARABLE
Sobre la situación de crisis en el este de Ucrania, la ONU estimó hoy que mil 129 personas han sido asesinadas desde el pasado junio en el conflicto del este de Ucrania.
La cifra de víctimas mortales se han triplicado desde ese mes, cuando la ONU reportó 356 asesinatos.
En las regiones orientales de Donestk y Lugansk los combates entre las fuerzas gubernamentales y los grupos rebeldes prorrusos se han intensificado en las últimas semanas, y últimamente las fuerzas gubernamentales pudieron recuperar el control de la ciudad de Slovyansk, un base estratégica para los rebeldes.
Con la escalada de la violencia, la cifra de heridos ahora es de 3 mil 442 personas, precisó Magazzeni.
De manera general, el informe señala que la situación en el este es desesperada, con 104 edificios en manos de grupos armados, de los que 24 son instalaciones militares, 16 sedes administrativas y de autoridades locales, 16 del Ministerio del Interior y 7 de los Servicios de Seguridad.
Por otra parte, la misión de observadores cree que en los próximos meses puede haber una nueva ola de desplazados de la península de Crimea -anexada por Rusia en marzo- por el acoso que están sufriendo allí las minorías.
«Las fuertes restricciones, el continúo acoso y la discriminación contra ucranianos, tártaros y representantes de minorías en general» pueden dar paso a un nuevo éxodo, afirman en su evaluación.
Esos grupos étnicos y nacionales tienen limitados sus derechos de reunión, de asociación y de expresión, al tiempo que con fines de trabajo todos los ciudadanos ucranianos que viven en Crimea y han rechazado adoptar la nacionalidad rusa son ahora considerados como extranjeros.
La ONU estima que hasta ahora, unas 14 mil personas han abandonado Crimea para instalarse en otras partes de Ucrania.
EXPERTOS NO PUEDEN IGRESAR A ZONA DE AVIONAZO
Un equipo policial internacional no logró llegar por segundo día consecutivo al lugar del accidente del avión de Malaysian Airlines debido a los fuertes combates en una localidad por donde pasa la carretera que lleva al lugar.
Una delegación de policías y peritos forenses de Australia y Holanda se detuvieron el lunes en Shakhtarsk, un poblado a unos 30 kilómetros de los campos donde cayó el avión.
El ruido de fuego de artillería constante podía escucharse desde Shakhtarsk y los vecinos huían en vehículos.
El mandato de los equipos policiales es asegurar la zona actualmente controlada por los rebeldes para que puedan comenzar las investigaciones y la recuperación de los cadáveres que queden.
Las versiones sobre un recrudecimiento de la agitación en el este de Ucrania generaron que se pospusiera un viaje al lugar de parte de un grupo de policías holandeses y australianos que había planeado el inicio de la búsqueda de evidencia y restos de las víctimas.
En Holanda, el primer ministro Mark Rutte dijo que su gobierno ha rechazado la idea de desplegar fuerzas militares para resguardar el lugar del incidente debido a que resultaba imposible lograr «superioridad militar» en una región en la que los rebeldes prorrusos fuertemente armados enfrentan a las fuerzas del gobierno ucraniano.