La banda neoyorquina celebró el 15 aniversario del disco ‘Turn on the Bright Lights’ con dos ‘shows’ en el Pepsi Center WTC
México, 19 de octubre de 2017.– De pronto, el miércoles por la noche, sonó Obstacle 1. La voz de Paul Banks, el pilar de Interpol, lo hacía más evidente, se escuchaba por todos los rincones del Pepsi Center WTC.
El tiempo frenó su andar por unos minutos y volvió a inicios de milenio, cuando la música dio su último paso importante para después abusar del sintetizador. NYC, PDA, Say Hello to the Angels…los neoyorquinos estaban rindiendo tributo a su debut Turn on the Bright Lights, que ya llegó a los 15 años y, sin duda, merecía una gira para recordar su valor.
Era notoria la ausencia de Carlos D, el bajista quien, junto a Banks y Daniel Kessler, levantó el grupo hace dos décadas. No importaba que ya tuviera siete años fuera de la alineación, los fans siguen fijándose que no está en el bajo y los teclados, y ayer no fue la excepción.
Pero la nostalgia puede más que cualquier elemento faltante, era evidente que tanto treintañero estaba más emocionado por el paso de Obstacle 2 y la infaltable Stella Was a Diver an She Was Always Down.
Como siempre, Banks recurrió a la simpatía con su fluido español, que aprendió al vivir parte de su adolescencia en la Ciudad de México. No sorprende que tanto ingenio nacional esté impreso en su música, su creatividad, que le ha alcanzado hasta para crear el híbrido Banks and Steelz.
“Gracias por recibirnos así en nuestro segundo hogar”, arrancó, “como sabemos, son tiempos difíciles para ustedes, queremos agradecerles que hayan venido a vernos”, agregó y, sabiamente, evadió hablar de más sobre los estragos del sismo, que quizá hubiera resultado ya muy oportunista.
La atmósfera carmesí recreó la portada del disco celebrado, de repente los estrobos enloquecían y rompían con la armonía de Leif Erikson y el tan querido lado b, Specialist, que no suelen tocar muy a menudo. Así fue como concluyó el tributo, pero obviamente los boletos no incluían solamente un set así de fugaz.
Pronto volvieron con Not Even Jail y Slow Hands, del disco Antics, otra joya invaluable de la carrera de Interpol, que, a propósito, en 2019 se convierte en quinceañero y puede que el grupo lo festeje como se merece.
La segunda parte fue un regalo extra del grupo, tocando sencillos del resto de sus materiales y rolas bien ubicadas como Lights, All the Rage Back Home y The Heinrich Maneuver y Evil, la rola que cerró el show a las 23:00 horas.