Las pasadas elecciones parlamentarias provocaron un fuerte choque entre dos de los líderes más importantes del viejo continente: la canciller alemana Merkel y el premier bitánico Cameron.
BERLÍN, 14 de junio de 2014.- La gran fiesta electoral que tuvo lugar entre el 22 y el 25 de mayo pasado en los 28 países que integran la Unión Europea (UE), además de elegir a los nuevos diputados que integrarán el Europarlamento, tenía también la meta crucial de convertirse en el comienzo de una nueva era democrática. Por primera vez había candidatos para el cargo de presidente de la Comisión y por primera vez también, el futuro parlamento tiene el poder para ratificar o rechazar al candidato que elija el Consejo Europeo.
Pero la gran fiesta electoral, en lugar de alegrarle la vida a Jean Claude Juncker, el candidato conservador que obtuvo la primera mayoría relativa, y a los líderes de los partidos que apoyaron su candidatura, como la canciller Angela Merkel, confrontó a los jefes de Estado y de gobierno de la UE una peligrosa lucha interna que amenaza con acabar con la frágil paz interna que existía en Bruselas. Peor aún, la crisis que se desató después de conocerse los resultados, convirtió a la canciller alemana en la política más poderosa del continente y que tiene ahora la difícil misión de impedir que la UE comience a desintegrarse.
Juncker, aunque tiene el apoyo del grupo parlamentario más poderoso del Parlamento Europeo, no cuenta con el apoyo mayoritario de los líderes de la UE y sabe que tiene enemigos poderosos. El primer ministro británico David Cameron y sus colegas de Suecia, Holanda y Hungría, ya han dicho que votarán en contra de la designación de Juncker para el cargo de presidente de la Comisión.
Peor aún, Cameron, en un intento parecido al chantaje, amenazó con retirar a su país de la UE si Juncker era postulado para el cargo, una decisión que todavía sigue apoyando la canciller. La férrea oposición de Cameron está basada en la creencia de que Juncker es un “federalista de la vieja escuela” que está aferrado al concepto de una unión más estrecha y no un modernizador que desea sacudir y reorientar las instituciones de Bruselas.
La candidatura de Juncker fue el tema central que abordaron Cameron y Merkel, junto al primer ministro sueco, Frederik Reinfeldt, y el holandés Mark Rutter durante una minicumbre realizada el lunes pasado en la localidad sueca de Harpsund y que culminó con una inédita y diplomática reprimenda de Merkel a su colega británico. “Las amenazas no forman parte del espíritu europeo”, dijo la canciller. “Ha habido demasiadas declaraciones en los últimos días; tenemos que volver al espíritu responsable, constructivo. ¡Juncker es el candidato!, añadió Merkel en una rueda de prensa en la que el británico escuchaba impávido a sólo tres metros de distancia de la mujer más poderosa de Europa.
Pero Cameron, que cuenta con el apoyo poco disimulado de la prensa de su país, que calificó a Juncker como el “hombre más peligroso de Europa” (The Sun) y que tiene problemas con el alcohol, sigue oponiéndose a la elección del ex primer ministro luxemburgués. En un artículo publicado la semana pasada por el periódico alemán Süddeutsche Zeitung recordó que ningún votante eligió a Juncker en las recientes elecciones europeas.
En su artículo, Cameron defiende la autonomía del Consejo Europeo para definir el candidato a la presidencia de la CE y acusa al Parlamento Europeo (PE) de estar tergiversando los tratados al querer no sólo votar el candidato, sino definirlo de antemano. “Según los tratados, a los jefes de gobierno les corresponde sugerir el candidato a la presidencia de la CE, para lo cual deben ‘considerar’ el resultado de las elecciones europeas. Luego los diputados del PE deben votar ese candidato en votación secreta”, escribe Cameron.
El premier británico, que no cita en su artículo a la canciller alemana, denuncia que “algunos miembros del grupo conservador” han inventado un procedimiento en el que escogen y eligen el candidato. “Los grandes grupos parlamentarios se presentaron a las elecciones con candidatos a la presidencia de la CE y acordaron entre bambalinas apoyar juntos al candidato del partido más votado”, agrega Cameron.
Jean Claude Juncker no estaba en ninguna parte en las papeletas electorales. Ni siquiera en Alemania –donde la idea de los candidatos tuvo más difusión– más de 15 por ciento de la población sabía que Juncker era candidato. Los ciudadanos que fueron a votar querían elegir sus eurodiputados, no al presidente de la CE”, añade.
La de por sí conflictiva relación germano-británica recibió un nuevo golpe cuando el partido conservador británico admitió en el seno del grupo de conservadores y reformistas del Parlamento Europeo a los siete diputados del partido antieuro alemán, Alternativa para Alemania (AfD), una decisión que supone una afrenta para Merkel, quien luchó para que los tories bloquearan la entrada de la Afd
La canciller Angela Merkel is not amused con la bofetada de Londres acertó a escribir la revista Der Spiegel en su edición electrónica. “Su enfado con Cameron seguirá aumentado”. “La tensión en las relaciones de David Cameron con Angela Merkel seguirá aumentando”, señaló por su parte el periódico Financial Times, al recordar que Merkel considera a los populistas de la AfD como sus enemigos políticos y que había intentado convencer a Cameron de no pactar con ellos.
Aún no está claro cómo reaccionará Merkel a la nueva afrenta de Londres, pero la canciller confronta un dilema: quiere impedir que Reino Unido abandone la UE y, al mismo tiempo, prometió a su partido que luchará a favor de la candidatura de Jean Claude Juncker. Poco después de las elecciones, Merkel recibió un alud de criticas por parte de la prensa, de la oposición y del partido Socialdemócrata, con el que gobierna en coalición, cuando sugirió que podría apoyar a otro candidato, una posibilidad que fue calificada por medio mundo como “un engaño a los electores”.