Señalan que se debe trabajar en los ámbitos de participación política, educación, así como en una vida libre de violencia para las mujeres
Mérida, Yucatán, 31 de enero de 2017.- Tras el cumplimiento de los 100 años del primer Congreso Feminista en Yucatán, integrantes del Comité Conmemorativo destacaron que aún existen brechas en cuanto al derecho de las mujeres a la participación política, a la educación, al trabajo y a vivir una vida libre de violencia.
Aunque señalaron un notable avance en tres puntos – sin dejar de comentar que aún falta por alcanzar una verdadera equidad entre hombres y mujeres– indicaron que a un siglo de la lucha por la igualdad de género, las mujeres siguen siendo más vulneradas en el derecho a vivir libres de violencia.
Al respecto, informaron que en Yucatán se promulgó la Ley General de Acceso a las Mujeres a una vida Libre de Violencia en 2008 y se reformó en 2014, sin embargo, externaron que carece de Reglamento para su aplicación hoy día, lo que permite se pueda vulnerar.
Indicaron que al menos el 50 por ciento de las féminas casadas ha sido violentada por su pareja en la entidad, y el 29 por ciento la han sufrido en el ámbito público, de acuerdo a datos recabados del INEGI.
“Las feministas yucatecas de principio del siglo XX no imaginaron que décadas posteriores la lucha contra la violencia y malos tratos, tanto en el ámbito privado como en el público, se volvería una de las principales banderas de los movimientos feministas de los años setenta”, expresó Jazmín Párraga Pérez, doctora en Desarrollo Regional.
En el ámbito educativo, Leticia Paredes, investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) mencionó que la brecha ya está cerrada. Para luego indicar que en la educación básica las féminas no participan del mismo modo que los hombres, aunque en los estudios superiores es a la inversa.
Informó que en Yucatán las estadísticas indican que en el ciclo escolar 2015-2016 habían 112 mil 409 alumnas inscritas y 117 mil 991 alumnos en el nivel primario. En secundaria fueron 57 mil 357 mujeres y 58 mil 761 hombres.
Demostró lo contrario en el ciclo escolar 2013-2014 en la Normal Superior, pues habían 2 mil 461 alumnas y mil cinco alumnos. 26 mil 925 alumnas y 30 mil 679 alumnos en el nivel Licenciatura y 2 mil 122 alumnas y mil 983 alumnos en el nivel de Posgrado.
Pero externó que a pesar de la reducción de la brecha en la educación de las mujeres, persiste un número significativo de mujeres que no acceden al sistema educativo, ya sea porque el contexto socioeconómico las obliga a incorporarse al mercado laboral o porque en algunos contextos siguen arraigados los roles tradicionales femeninos. Y dijo, aún existen estereotipos en las carreras a elegir, por ejemplo, enfermería para las mujeres y arquitectura para los hombres.
En la cuestión educativa, la investigadora lo enlazó con el ámbito laboral, señalando que “pareciera ser que a las mujeres se les pide una escolaridad alta para incorporarse al mercado laboral”.
Con lo anterior hizo referencia que los hombres tienen mayor oportunidad de conseguir trabajo con menos escolaridad, lo que no sucede con las mujeres.
De hecho, brindaron el dato de que, a nivel nacional, sólo el 10 por ciento de los cargos altos o administrativos en empresas son ocupados por mujeres, y el restante lo tiene el sector masculino.
“Las mujeres siguen enfrentando desventajas, como salarios bajos, menores oportunidades laborales, menor presencia en cargos directivos o de altos mandos, menores prestaciones y la generación de dobles o triples jornadas debido a que las responsabilidades de las tareas domésticas y de cuidado de integrantes de las familias suelen recaer principalmente en las mujeres”, señaló Leticia Paredes.
Indicó que la tasa de participación laboral asalariada de las mujeres yucatecas en 2005 fue del 36.5 por ciento y en 2016 llegó al 51 por ciento. Pero la investigadora no dejó de resaltar la brecha mencionada anteriormente.
En el derecho a la participación política, dijeron que de 2012 al 2016 se luchó para alcanzar el 50 por ciento de la representación femenina en el poder legislativo. En 2014, la reforma constitucional del artículo 41 determinó la paridad de género en las candidaturas, por lo que, en las elecciones de 2010, 2012 y 2015 en el Congreso Estatal hubo cinco diputadas, lo que representa el 20% del total del Congreso.
La legislatura 2015-2018 presentó un incremento en el número de mujeres llegando a nueve, lo que representa el 36% del total del Congreso Estatal, informaron.
Pero criticaron que a pesar de los avances, todavía se observan limitaciones en el ejercicio de éstos, así como poca presencia de mujeres en las legislaturas de años recientes. De igual manera, resaltaron la falta de ejercicio de los derechos políticos en términos de igualdad, justicia, libertad y del respeto a los derechos humanos
Por lo que demandaron asumir, por parte de la sociedad, la realización de acciones para generar cambios culturales a fin de superar prejuicios, desigualdades, discriminación y violencia hacia las mujeres, así como eliminar estereotipos de género en el sistema educativo
También recalcaron que hay que cerrar por completo la brecha de género en el acceso a todos los niveles educativos, así como romper las resistencias institucionales para incrementar la participación femenina en puestos altos y directivos, y hacer efectivo el derecho al trabajo digno y al salario justo para las mujeres, entre otras siete exigencias. (Edoardo Manzanilla)